viernes, 20 de mayo de 2011


Al amanecer, una hermosa paloma se colo en el interior de un templo. Era un templo de paredes espejadas. En el centro del santuario, como ofrenda, el sacerdote habia colocado una fragante rosa. La paloma vio la rosa reflejada en los espejados muros y, creyendo que era la rosa verdadera, se lanzo hacia uno y otro hasta que finalmente su fragil cuerpo se revento y murio. Entonces fue a caer sobre la rosa verdadera.
Ramiro A. Calle

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