lunes, 25 de julio de 2011






Veré por Tí

«Me desconozco», dices; mas mira, ten por cierto
que a conocerse empieza el hombre cuando clama
«me desconozco», y llora;
entonces a sus ojos el corazón abierto
descubre de su vida la verdadera trama;
entonces es su aurora.

No, nadie se conoce, hasta que no le toca
La luz de un alma hermana que de lo eterno llega
y el fondo le ilumina;
tus íntimos sentires florecen en mi boca,
tu vista está en mis ojos, mira por mí, mi ciega,
mira por mí y camina.

«Estoy ciega», me dices; apóyate en mi brazo
y alumbra con tus ojos nuestra escabrosa senda
perdida en lo futuro;
veré por ti, confía; tu vista es este lazo
que a ti me ató, mis ojos son para ti la prenda
de un caminar seguro.

¿Qué importa que los tuyos no vean el camino,
si dan luz a los míos y me lo alumbran todo
con su tranquila lumbre?
Apóyate en mis hombros, confíate al Destino,
Veré por ti, mi ciega, te apartaré del lodo,
te llevaré a la cumbre.

Y allí, en la luz envuelta, se te abrirán los ojos,
Verás cómo esta senda tras de nosotros lejos,
se pierde en lontananza
y en ella de esta vida los míseros despojos,
y abrírsenos radiante del cielo a los reflejos
lo que es hoy esperanza.

Miguel de Unamuno

miércoles, 13 de julio de 2011

Soneto 116
Ante la unión de espíritus leales, no dejéis,
que ponga impedimentos. No es el amor,
que enseguida se altera, cuando descubre cambios
o tiende a separarse de aquel que se separa.
El amor es igual que un faro inamovible,
que ve las tempestades y no es zarandeado.
Es la estrella que guía la nave a la deriva,
de un valor ignorado, aún sabiendo su altura.
No es juguete del Tiempo, aun si rosados labios
o mejillas alcanza, la guadaña del Tiempo.
Ni se altera con horas o semanas fugaces,
si no que aguanta y dura hasta el último abismo.
Si es error lo que digo y en mí puede probarse,
decid, que nunca he escrito, ni amó jamás el hombre.

William Shakespeare

lunes, 11 de julio de 2011

Una mujer desastrada, ajada, con el polvo del camino pegado a cada poro de su cuerpo, de su cabello.
Apenas se la divisa desde lejos. Esta sentada sobre unas bolsas mirando al infinito.
Cuando ve que se aproxima un coche baja la mirada. No busca que nadie la recoja. Simplemente ha decidido quedarse alli, en aquel diminuto espacio, rodeada de inmensidad.
Es una fotografia sin lugar, sin tiempo............. y en si guarda todos los lugares, todas las personas y todos los tiempos.
Eso somos, en eso nos convertiremos algun dia. Figuras apostadas frente a lo vivido, con las bolsas de nuestros recuerdos sirviendonos de asiento. El viento ira desdibujando nuestro contorno y como las figuras de arena nos iremos disolviendo en la atmosfera de lo eterno.

Inma

martes, 5 de julio de 2011

La vida, a veces, nos ofrece imagenes desenfocadas.Prestandoles atencion podremos ver la belleza que esconden. Inma